¿Nos relajamos?

LA ANSIEDAD EL VENENO DEL ALMA

La ansiedad es un mal propio de las sociedades civilizadas del “primer mundo”. Aunque parezca mentira, hay pueblos que no conocen ese sentimiento e incluso carecen de un término para expresar ese estado emocional – yo quiero mudarme allí -, pero para la mayoría de nosotros es un malestar al que todos estamos adaptados y por desgracia, sabemos reconocer bien sus síntomas.

Ya podemos decir, de antemano, que el control de la alimentación nos altera el estado de nervios y cuando decimos que nos vamos a “poner a dieta” se nos cambia el carácter. Nos enfadamos desde el instante 0 no podemos controlar la ansiedad y al cabo de una semana de comer como un colibrí, nos vamos a poner ciegos de todo lo que nos encontremos. ¡y es que eso de la dieta estresa mucho!

Bueno, pues aunque no lo creamos, hay técnicas que ayudan a controlar la ansiedad durante las etapas que estamos trabajando en el control de nuestro peso. Aquí estoy yo para contártelas. 😊

  • Vete a caminar cuando la ansiedad aparezca. Quien dice a caminar, dice al gimnasio, a nadar o a realizar cualquier actividad física. El deporte es un método genial para controlar la ansiedad y si nos vamos en el momento que notamos que nos apetece asaltar la nevera, no vamos a “pecar” comiendo lo que no debemos cuando no debemos. Por otro lado la actividad física nos hace generar endorfinas (dopamina) que genera una relajación del sistema nervioso y como consecuencia disminuye la ansiedad por la comida. Recordemos también que el efecto más buscado del ejercicio es quemar grasas.

  • Come al menos 5 veces al día. Estamos totalmente equivocados cuando pensamos que comer menos veces nos ayuda a perder peso. Si comes pocas veces, el nivel de ansiedad por la siguiente comida aumenta de manera exponencial. Cuando el cuerpo recibe 5 veces al día dosis controladas de alimentos, está disminuyendo la sensación de hambre. Además, debemos tomarnos nuestro tiempo para comer, sin prisas, masticando bien para que la digestión sea fácil.
  • Bebe líquidos. Este es un método mecánico de disminuir la ansiedad. Si llenamos el estómago de líquidos (sea agua, caldos o infusiones), nos sentiremos saciados, y con la tripa llena, es más complicado tener ansiedad por comer. Es genial beber justo antes de comer, porque después consumiremos menos alimentos.

  • Evita los excitantes: El café y el chocolate nos alteran el sistema nervioso por tanto las visitas a la nevera son más frecuentes.
  • Respira hondo. La respiración es fundamental para controlar la ansiedad. Los expertos en disciplinas como yoga nos enseñan que el método para acceder al equilibrio cuerpo-mente es la respiración profunda. Aprender a respirar nos ayudará a desterrar la ansiedad de nuestro cuerpo en las situaciones mas estresantes.

  • Come pan y pasta. Los carbohidratos complejos, como pan, pasta, arroz, patatas y legumbres mantienen la sensación de saciedad durante mayor cantidad de tiempo. Hay que consumirlos de manera controlada en una alimentación equilibrada. En exceso aportan demasiadas calorías, pero bien distribuidos en las 5 comidas del día, nos van a hacer sentir llenos y la ansiedad disminuye cuando no sentimos hambre.
  • Come fibra. Así llenamos el estómago. Tiene el mismo efecto que los líquidos, pero mas duradero, ya que si tomamos fibra el aparato digestivo tarda un rato en digerirla y nos sentimos “llenos” durante más tiempo.

  • Diferencia hambre de ansiedad. No confundamos “la velocidad con el tocino”. El hambre es una respuesta del cuerpo a la necesidad de energía. Ocurre cada 3 horas aproximadamente, siempre y cuando nuestra alimentación sea coherente. La ansiedad, en cambio, nos hace asaltar la nevera cada media hora o menos. ¿Cómo distinguirla? El hambre da sensación de debilidad y salvo raras excepciones nos da cuando es la hora de consumir alimentos de nuevo. La ansiedad no es una sensación física de vacío en el estómago, sino que nos obsesionamos con comer productos, generalmente calóricos, fuera de nuestros horarios de comida. Si no es tu hora de comer y lo que te apetece es un capricho tras otro, eso es ansiedad.

Di que no a tu cerebro y si no funciona, sal de casa.

 

 

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