Nuestro pobre amigo Pig

MITOS Y REALIDADES SOBRE LA CARNE DE CERDO

La carne de cerdo es un alimento que siempre ha sido tratado con mucho recelo en el campo de la nutrición. Desde que recuerdo, se nos ha limitado el consumo de carne porque tiene muchas grasas, le han achacado que aumenta el colesterol y que es poco sana. Yo siempre he pensado que era algo exagerado y durante mucho tiempo, mientras otros decían que el cerdo no podía formar parte de una dieta, yo lo he consumido, en todas sus variedades, tanto fresco como en embutidos (obviamente tipo jamón serrano, lacón o lomo).

Hoy vamos a ver algunos de esos mitos y cuales de ellos son ciertos, porque al pobre cerdo llevamos años levantándole los pies por encima de la cabeza con falsos y no tan falsos testimonios.

Mitos sobre la carne de cerdo

  • La carne de cerdo tiene mucha grasa. FALSO. El cerdo no acumula casi grasa intramuscular (entre el 1 y el 3% de toda la grasas corporal va al músculo), por lo que realmente cuando comemos su carne, podemos decir que es mucho más desgrasada que la de ternera. Hay cortes de cerdo que tienen la misma grasa que una pechuga de pollo.

  • Comer carne de cerdo aumenta el colesterol en sangre. FALSO Y CIERTO. Comer cerdo, como consumir cualquier otra carne puede aumentar el colesterol, si lo hacemos sin control. Toda la carne tiene colesterol, porque forma parte de los elementos propios de la carne, ahora bien, si el consumo es comedido y dentro de los márgenes permitidos por nuestros nutricionistas, el consumo de carne, incluida la del cerdo, no tiene porque generar un aumento del colesterol.
  • La carne de cerdo no nos nutre como el pollo o la ternera. FALSO. Se trata de un producto, rico en aminoácidos y en complejos de vitamina B y nos ayuda a fortalecer músculos y huesos porque aporta fósforo y potasio.
  • La carne de cerdo es mala para niños y ancianos. FALSO. Se trata de un producto versátil, bajo en grasas y fácil de digerir al ser una carne tierna. Es adecuada para el consumo a cualquier edad.
  • Con la carne de cerdo no se pueden variar los platos. FALSO. Por desgracia para los detractores del cerdo, se trata de una de las carnes con más posibilidad de presentaciones. De hecho, ya que se consume, desde el rabo hasta el morro todo el cerdo, podremos encontrar muy variados platos con las distintas partes de este animal, que tradicionalmente ha sido consumido en las casas españolas, por su precio y por sus distintas elaboraciones.

  • La carne de cerdo no es sana. FALSO. Es una carne que nos aporta nutrientes esenciales y que si elegimos la pieza adecuada, tiene una cantidad de grasas muy baja. Por tanto hablamos de una carne saludable y muy rica.
  • La carne de cerdo provoca enfermedades. FALSO. Durante años, al no tener controles veterinarios, las enfermedades provocadas por el cerdo eran un problema. En la actualidad, que cada animal que se consume en España tiene que haber pasado todos los controles sanitarios, este problema, que antaño hacía caer mala a tanta gente, se ha convertido en una leyenda urbana.
  • La carne de cerdo hay que comerla muy hecha para no enfermar. FALSO. Desde hace años, las cadenas de frío en la conservación de productos de origen animal, son muy buenas. Cualquier producto cárnico en contacto con altas temperaturas puede deteriorarse, pero no por el hecho de ser cerdo tiene una posibilidad mayor de producir enfermedades si se consume poco hecho.

  • La carne de cerdo hace crecer la musculatura. VERDADERO. El consumo de carne de cualquier tipo aporta aminoácidos que son los elementos esenciales para que la masa muscular crezca.
  • La carne de cerdo es comida de pobres. VERDADERO Y FALSO. El cerdo va desde los cortes más económicos, como las manitas y el magro, hasta productos casi intocables y aptos solo para los bolsillos repletos de billetes, como el jamón de bellota pata negra. Así que depende de la parte del cerdo que queramos comprar, será de pobres o de ricos.

  • La grasa del cerdo es mala. FALSO. La grasa del cerdo, como la de cualquier otro animal dedicada al consumo humano, no es mala. Tenemos el concepto equivocado de que el consumo de grasa es inadecuado en una dieta pero, realmente, las grasas son parte importante de nuestra alimentación, solo hay que poner cuidado en tomarlas en la medida adecuada.

La historia ha puesto en mal lugar a nuestro amigo rosado, que tantos buenos productos aporta a la gastronomía y ya era hora de romper una lanza en su favor y decir que no solo no es malo para la salud, sino que puede ser muy saludable si elegimos las piezas adecuadas.

CONCLUSIÓN:

NO ES TAN FIERO EL LOBO COMO LO PINTAN, NI TAN MALO EL CERDO COMO CUENTAN.

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