La sombra del miedo

LOS MOMENTOS DE DEBILIDAD NOS ATERRAN

En este post no voy a hablaros de cosas técnicas, va a ser más un viaje interior, en el que os cuente como estoy gestionando las situaciones que me depara la vida. Es un ejemplo de como podemos enfrentar los problemas sin caer en la tentación.

“La vida nos da sorpresas, sorpresas nos da la vida, ay ay ay” dice una canción. Las personas con dificultades para controlar sus emociones tienden a buscar algo a lo que aferrarse, cada vez que la vida les sorprende. Yo soy una de esas personas.

Todos tenemos malos y peores momentos, en los que las cosas se tuercen y nos ponen muy difícil salir adelante airosos. Yo nunca he podido enfrentarme a los imprevistos y me he escudado en la comida para olvidar los problemas. Odio mi faceta “avestruz”. ¿Qué es eso de la faceta avestruz? Sencillamente es esconder la cabeza en el hoyo para no ver los problemas. Si no los veo no existen. Yo literalmente meto la cabeza en la nevera y escarbo para encontrar comida calórica que me haga sentir bien. Porque ¡SI SEÑORES! La comida me hace sentir bien. A mi y a muchos otros.

Últimamente me he revelado e intento buscar sucedáneos a la comida para no acabar destrozando mi salud cuando tengo problemas cotidianos (o menos cotidianos). ¿No es suficiente con los conflictos diarios, para tener que generarnos problemas de salud por comer de mala manera?. Pues parece que para muchos de nosotros no es así. El cerebro egoísta nos lleva a comer como descosidos, sin pensar en las consecuencias finales.

La tensión nerviosa que nos provocan los problemas, la depresión propia de las problemas con desordenes alimenticios y la falta de motivación nos llevan a caer en los malos hábitos alimenticios.

¿Cómo resolverlo?

Normalmente os diría con ejercicio y disciplina. Pero a veces el ejercicio no es posible por problemas de salud. Entonces debemos buscar alternativas al tiempo que ocupamos en hacer deporte. Salir a pasear cuando nos den ataques de ansiedad, usar otros métodos de entretenimiento, pasatiempos que nos distraigan de la obsesión por la comida, son otros modos de evitar atracar la nevera. A mí me funciona hacer manualidades, dibujar, escribir y pasear. Cada persona debe buscar actividades que le satisfagan y le distraigan.

Los entretenimientos como la televisión o la lectura no me valen porque sigo pensando en comida. Deben ser cosas que me ocupen toda la mente, o me hagan alejarme de la comida. También es importante contar con la ayuda de un psicólogo o psiquiatra que nos enseñe a lidiar con las emociones, alejándonos de la comida.

Nos da pánico nuestra debilidad y no entendemos que no somos débiles, somos enfermos que necesitamos medios para resolver nuestro problema y ayuda psicológica.

Mi consejo en estos casos es simple:

HAZ COSAS QUE TE GUSTEN Y TE HAGAN FELIZ, SE TE OLVIDARÁ COMER DE MÁS.

 

 

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