El saco sin fondo

¿EL ESTÓMAGO CRECE Y SE ENCOGE?

¡Sí y no!.

El estómago no crece literalmente (NO aumenta la cantidad de tejido muscular) pero tiene una gran flexibilidad. Si lo llenamos muy a menudo de grandes cantidades de comida, le pasará lo que a una goma elástica, acabará quedándose c hiper-extendido. Puede distenderse mucho si metemos grandes cantidades de comida. Eso se hace evidente cuando a un obeso mórbido le hacen cirugía de reducción de estómago. No quiere decir que la cantidad de músculo haya aumentado, lo que ha hecho es estirarse mucho.

Lo mismo ocurre cuando no comemos en grandes cantidades. Tras un mes y medio de dieta aproximadamente podemos observar que nos cabe menos comida. Eso se debe a que el musculo se ejercita menos, se contraen sus fibras elásticas y tiene menos capacidad para aumentar su tamaño durante la digestión y puede albergar menos cantidad de comida.

Lo bueno de este asunto es que el estómago tiene poca memoria y en un mes y medio puede adaptarse a una dieta con poca cantidad de alimento al día. Lo malo es que no es permanente. Si hacemos dieta, pero volvemos a los malos hábitos, recuperaremos nuestro peso y el estómago se readapta a extenderse más y más, cada vez que comamos.

Cuando nos operamos de cirugía bariátrica (bypass intestinal o manga gástrica) nos da miedo que el estómago “vuelva a crecer”. Ahora soy consciente de que no crece, solo se distiende, pero si bien, nunca volverá a tener el tamaño de antes, sí podrá admitir más cantidad de comida de lo que hacía al principio de la operación.

Si no crece, ¿por qué nos recortan gran parte de un estómago inmenso, cuando nos hacen cirugía bariátrica?

Supongo que acaba dando de sí. El tejido elástico de las paredes del estómago llega un momento que cede y pierde esa capacidad de extenderse y retraerse a su posición inicial.

¿Que factores condicionan el aumento del tamaño del estómago?

Pues hasta hace un momento yo pensaba que el estómago aumentaba capacidad según íbamos metiendo comida pero, lo que son las cosas, no es así. Nuestro estómago está rodeado por muchos nervios que se encargan de prepararlo para cuando vamos a comer. Eso quiere decir que cuando vemos una comida que es sabrosa, el estómago empieza a dilatarse aún antes de comer, preparándose para recibir los alimentos. Cuando hemos comido suficiente y ya no puede seguir expandiéndose, el estómago manda una señal al cerebro para informar de que está lleno y en consecuencia el cerebro debería ordenar que dejásemos de comer. Todos sabemos que eso no siempre ocurre. En muchas ocasiones comemos más de lo que realmente acepta nuestro cuerpo y acabamos en el aseo vomitando con “un empacho”.

El cerebro y el estómago se comunican tanto por medio de los nervios como con las hormonas. El cerebro recibe la información y activa el hambre o la sensación de saciedad, dependiendo de la información que le llega desde el estómago. Y yo me he preguntado, tras leer esta información en artículos médicos, ¿entonces, por qué sigo comiendo, después de haber tomado lo suficiente para sentirme saciada? Pues, básicamente, porque somos animales racionales, que tenemos libre albedrío y somos capaces de decidir que hacer en cada caso. El instinto, que nos daría la pauta más saludable está limitado por nuestra capacidad de decisión que, desgraciadamente, suele llevarnos por mal camino.

¿Si como despacio, cabe más comida?

Literalmente no es correcto, pero en la práctica podríamos decir que sí. El estómago no aumenta su capacidad cuando comemos despacio, pero la comida tarda 15 minutos en pasar al intestino y el reservorio va vaciándose, por tanto, cuando comemos despacio nos da tiempo a que vaya quedando espacio y podemos comer más cantidad. Siempre y cuando no hagamos caso al cerebro, que nos está diciendo que estamos llenos.

Las ordenes nerviosas y químicas son importantes, pero lo mas importante es lo que nuestra razón le dice al subconsciente. Es esa comunicación la que nos hace que el estómago pierda la capacidad de retraerse después de años de maltratarlo metiendo toda la comida que cabe y más. Debemos de controlar de manera consciente ese control de nuestros actos. No podemos dejar que el instinto primitivo nos lleve a comer de manera irracional.

ES HORA DE TOMAR LAS RIENDAS DE LO QUE COMES. ES TU MOMENTO.

Publicado en Curiosidades y etiquetado , , , .

Deja un comentario